Ruta de las Iglesias Fernandinas en Córdoba
Ruta de las Iglesias Fernandinas
La Ruta de las Iglesias Fernandinas consiste en la puesta en valor de 11 iglesias que Fernando III el Santo mandó construir entre mediados del siglo XIII y principios del XIV en diferentes zonas de la ciudad, motivo por el cuál se les conoce como Iglesias Fernandinas. La relevancia de estos templos no sólo reside en la singularidad de su arquitectura medieval sino también en su función como núcleos de repoblación de la trama urbana, a través de la organización en collaciones. A ellos se suma la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Puerta Nueva, que custodia un ejemplo significativo de la pintura barroca de Juan de Valdés Leal y el templo mayor de la ciudad, que ejerce de punto de referencia de este interesante legado patrimonial que atesora Córdoba.
Nos encontramos ante edificios vivos, que mantienen su función litúrgica y que han sabido recoger las aportaciones plásticas de todas las épocas, hasta convertirse en los monumentos singulares y únicos que hoy disfrutamos.
Iglesia de SAN PABLO en Córdoba
Frente al Ayuntamiento cordobés se sitúa la imponente iglesia de San Pablo. Construida entre los siglos XIII y XIV acusa, sin embargo, importantes reformas del siglo XVIII. La fachada exterior se abre a la calle Capitulares con una portada de movidas columnas salomónicas. La torre conserva uno de los tres carillones mejor conservados de toda España. Tras el compás se vislumbra la portada de corte manierista que da acceso al templo de tres naves. En el interior sobresalen el artesonado con decoración mudéjar, el retablo mayor y la qubba o edificio abovedado (posiblemente restos de un palacio almohade sobre los que se construyó la iglesia).
Iglesia de San Francisco y San Eulogio de la Axerquía
Los restos, en parte restaurados, del claustro de esta iglesia conventual, envuelven esta parte de Córdoba en un ambiente casi romántico. Fundado en el siglo XIII, las remodelaciones barrocas inundan convento y templo, destrozado tras las desamortizaciones del XIX. La portada de acceso, realizada en mármol y de estética barroca, acoge una hornacina con la imagen de Fernando III el Santo. La iglesia, de una sola nave y crucero, alberga un precioso retablo dieciochesco.
Iglesia de SAN PEDRO en Córdoba
Situada cerca de la Corredera, las sucesivas reformas a la que se ha visto sometida han ocultado sus características arquitectónicas originales. Se han conservado dos portadas medievales, así como el primer cuerpo de la torre. Las intervenciones más notables son las de Hernán Ruiz II en el siglo XVI, elaborando la fachada principal, y la de Juan de Ochoa, que construye la sacristía en el XVII. En el XVIII se le añaden a las techumbres yeserías. En el interior destacan el retablo mayor, obra del siglo XVIII realizado por Negrete, y el retablo de la Capilla de los Mártires, obra de Alonso Gómez de Sandoval.
Iglesia SANTIAGO en Córdoba
Como la mayoría de las iglesias fernandinas, se construyó sobre el solar de una antigua mezquita omeya de la que conserva el alminar, convertido en torre cristiana. Sus características arquitectónicas originales le han sido devueltas gracias a las obras de restauración que se han practicado en el edificio. El cuerpo la iglesia, de planta rectangular, se estructura en tres naves. Contiene numerosas obras de interés artístico, como la imagen del Cristo de las Penas, talla anónima del siglo XV.
Iglesia de SAN LORENZO en Córdoba
Situada en el barrio del mismo nombre, esta iglesia es una de las más exquisitas joyas de la arquitectura medieval cordobesa. A pesar de las remodelaciones, las restauraciones de principios de siglo le han devuelto parte de su estética primigenia. Su originalidad radica en el pórtico de tres arcos que antecede a la entrada principal, situándose en el lado izquierdo la torre, y en el, centro el imponente rosetón. La torre fue construida sobre el alminar de una antigua mezquita, cuyos restos pueden verse en el cuerpo principal, siendo lo tres últimos añadidos del XVI por Hernán Ruiz II. El movimiento de los prismas superiores precede en estética a la Giralda sevillana. En su interior destacan la cabecera, cubierta con pinturas italogóticas, y el retablo mayor barroco, alojado hoy en día a los pies de la iglesia, cerca de la imponente pila bautismal.
Iglesia de SAN AGUSTIN en Córdoba
Situada cerca de San Lorenzo, la construcción original de la iglesia se fecha en 1328 y, al igual que muchas de ellas, las intervenciones barrocas cubren el trabajo medieval. San Agustín es una de las joyas cordobesas del barroco. La fachada principal es fruto de las aportaciones realizadas en los siglos XVI y XVII, dando como resultado una interesante sucesión de arcos y columnas corintias con frontón partido, que albergan la famosísima imagen de Nuestra Señora de las Angustias, realizada por Juan de Mesa en el siglo XVII. En el interior, de tres plantas y crucero, se produjo descubrimiento de interesantes murales y frescos durante la restauración a la que fue sometida el edificio entre los años 2007 y 2009.
Iglesia de SANTA MARINA en Córdoba
En la Plaza del Conde de Priego es la parroquia del barrio del mismo nombre, el más grande y popular de Córdoba, y fue fundada por el rey Fernando III El Santo.
Su construcción se inició en los últimos decenios del siglo XIII y se prolongó durante el XIV. Reúne los estilos tardorrománico, gótico y mudéjar, aunque también posee elementos de siglos posteriores, como la torre renacentista y el sagrario, reformado a lo largo del siglo XVIII. Interesante es su rosetón, así como la portada lateral izquierda, única por sus características en Córdoba.
El edificio, con cierto aire de fortaleza, distribuye su interior en tres naves de estilo barroco. Cabe destacar la capilla bautismal mudéjar del siglo XV y la capilla funeraria de los Orozco.
Muy popular es la devoción entre los cordobeses de la imagen de San Pancracio, visitada durante todos los miércoles del año para pedirle que ellos o sus allegados encuentren un puesto de trabajo.
Iglesia de SAN ANDRES en Córdoba
Cercana a la iglesia de San Pablo, en la plaza de San Andrés, podemos visitar la iglesia del mismo nombre. Fundado en el siglo XIII, pudo ser construida sobre una basílica visigoda, aunque las intervenciones de los siglos XVII y XIII enmascararon todo vestigio anterior. La torre conserva su parte baja del siglo XVI, siendo la superior del siglo siguiente. La portada principal, del siglo XVII, ostenta el escudo del obispo Siuri. Destaca en el interior un hermoso retablo barroco de estilo churrigueresco trazado por Pedro Duque Cornejo, así como numerosos lienzos de gran valor artístico, como los realizados por Antonio del Castillo o Palomino.
La Iglesia del Carmen de Puerta Nueva
Fue hace 500 años, en 1518, cuando la conocida como Puerta Nueva se abrió para dar servicios a los vecinos del barrio , que se encontraban hasta aquel momento aislados por la muralla de la ciudad. Así lo recoge Teodoro Ramírez de Arellano en el capítulo dedicado al «Paseo por el barrio de la Magdalena»
Tal y como recogen los escritos de Ramírez de Arellano, por esta puerta entraron personajes muy importantes de la historia de España. Entre ellos, Felipe II, Felipe IV, Carlos IV, Fernando VII e Isabel II .
Iglesia de SAN RAFAEL de Córdoba
Hay en Córdoba un lugar, cerca de la iglesia de San Lorenzo, de gran importancia para la ciudad. En 1578 el Arcángel San Rafael se aparece al Padre Roelas jurándole custodiar la ciudad y sus habitantes. Es precisamente en este sitio donde se levantará, a finales del XVIII, un templo dedicado al juramento del Arcángel. Realizada por Juan Antonio Cárdenas, las obras se finalizaron a principios del siglo XIX. La imponente portada principal cuenta con las esculturas de San Rafael, San Acisclo y Santa Victoria (Santos Mártires patronos de esta ciudad). Los espacios interiores cabalgan entre la disposición central y la longitudinal. Se divide en tres naves sustentadas por pilares, siendo la zona del presbiterio centralizada mediante un cuadrado cubierto por cúpula. El altar mayor alberga un delicado templete de madera dorada, marco sin igual para el San Rafael tallado por Gómez de Sandoval en 1735.